domingo, 5 de julio de 2015

Individualismo. "Hakuna matata"


La gran problemática social.
Cuando aparece algo en nuestras vidas, siempre valoramos si eso nos beneficia o nos perjudica, valoramos los pros y los contras, miramos si nos va a hacer la vida más fácil o no y cuando tenemos todos estos datos, emitimos un juicio de opinión basándonos en nuestros conocimientos, expectativas, vivencias y como no, pensando en el futuro propio.
Pero ¿qué pasa cuando aparece algo que nosotros creemos que nos beneficia pero sabemos que perjudica a otros? Sinceramente, nos da exactamente igual...
Los humanos nos hemos convertido en seres individualistas que solo miramos por nosotros mismos y por la gente que está más cerca. Opinamos de las cosas según nos afecten personalmente o no y cuando alguien nos da un juicio o un punto de vista más extenso en el cual podemos abrir más el campo de visión y ver cómo podría afectar a esas otras personas, se cierran en banda, te tratan como loco, extremista, "siempre te pones en lo peor..."

Somos más de 7,214,958,996
 de personas en el mundo... Muchos no sabemos ni pronunciar este número... ¿Por qué nos empeñamos en mirar solo lo nuestro? ¿Por qué somos tan HIPÓCRITAS y nos preocupamos de las cosas según nos afecta?¿Por qué podemos están pensando una cosa cuando no nos concierne y exactamente lo contrario cuando nos toca de cerca? ¿Es que acaso no es el mismo problema?
Sinceramente, a mí me gusta discutir. Bueno, más bien me gusta debatir, pero hay debates que prenden rápido cuando ves que la otra persona no para de mirarse el ombligo y dar opiniones que simplemente se basan en ella misma, cuando la problemática concierte a miles de millones de personas. Le doy diferentes puntos de vista que desmontan lo que dice, razones de peso... y la última fase antes de abandonar la conversación, es siempre igual... Todos se quedan sin argumentos LÓGICOS y empiezan a decirte lo que anteriormente he expuesto, pareciendo así que seas tu el loco. Puede que ellos se sientan más tranquilos con su conciencia haciendo eso... A mí personalmente me mata la idea solamente de pensar que seguirán pensando igual tras la conversación...

Un ejemplo claro y quizás extremista (ahora sí): personas que para mi gusto, tienen pensamientos poco apropiados con enfermedades, por ejemplo SIDA. Comentarios como "ellos se lo han buscado...", "a saber que habrán hecho..." etc...
En un momento dado, un amigo, familiar o lo que sea, contrae el SIDA y la persona que tanto criticaba pasa a defenderlos a muerte, solicitando más ayudas al estado y compadeciéndose de su amigo/familiar... ¿Qué pasa, que hasta que no le ha tocado a alguien cercano no necesitaban esas ayudas?. Esto es un simple ejemplo...

No estoy diciendo que nos volvamos todos locos... Cierto es que en África hay gente muy necesitada y no todos hacemos lo posible para ayudar. En ese sentido todos somos un poco hipócritas.
Sin ir más lejos, me refiero a hipócritas cercanos a la problemática actual de su propia sociedad.
Aparece alguna tecnología la cual puede desencadenar en violencia de género y homicidios, pero a las personas que no lo sufren les importa tres pepinos, ya que lo ven útil en sus vidas, cuando sinceramente no tiene nada de utilidad. Por ello, les parece perfecto sin importarles las victimas que eso pueda conllevar mientras a ellos les beneficie de un u otro modo...

¿Por qué somos tan egoístas y no pensamos un poco más en el resto de personas que conviven a nuestro lado?
Comportamientos que yo ni apoyo ni comprendo.







jueves, 2 de julio de 2015

Impaciente paciencia



Las cosas vienen sin avisar y sin esperarlas, jamás esperamos una llamada...

Tras una mala época llega una mejor, dicen... Te despiertas por la mañana pensando en que lo peor ya ha pasado, que lo has superado, que ahora es tiempo para desconectar y disfrutar.

Con una sonrisa en la cara te preparas para un día más y sales a la calle.
Buenas noticias llegan a ti y por dentro sientes que realmente te lo mereces, que has trabajado duro y que ahora mismo eres capaz de todo...

Vuelves a casa, un día soleado del cual no puedes disfrutar porque hay que ir a trabajar. Pero no importa, al fin y al cabo es lo que te llena de vida... Ya lo disfrutarás.

Te haces la comida, cualquier cosa sirve, porque hoy comes sola.
Y vas masticando cada bocado mientras miras la tele antes de ir a trabajar... Suena el teléfono y oyes un tono de voz que no sabes distinguir si se trata de tristeza, desesperación, miedo o una mezcla de todas ellas...

Realmente, no sabes encajar malas noticias. Te cuesta reconocer los tonos deprimidos en otras personas o quizás te abruman por la cantidad de información encriptada que llevan o quizás no quieres darte cuenta... 
Pero las noticias vienen y tu estás al otro lado del teléfono... Sigues inmóvil, un poco incrédula. No sabes si quizás es una broma. No crees que lo fuera, con esas cosas no se bromea, más te gustaría que lo fuera.

Escuchas atentamente y aunque pareces no entender nada rápidamente buscas información mientras la otra persona está al otro lado del teléfono. Intentas mantener la calma, que no se note tu preocupación, calma... Habla despacio, habla con un tono bajo, despreocupado, que no se note...

La verdad, es que tienes esa extraña manía de hacer creer a la otra persona que no es nada, que tu también pasaste por algo así y que no tiene importancia y hay ciertas personas a las que les molesta que te comportes así. Pero es que es tu forma de calmar a la otra persona, de calmarte a ti misma... no sabes hacerlo de otra manera... Y mientras lo haces te das cuenta que lo estas haciendo una vez más y pides perdón internamente...

Cuelgas el teléfono. Dejas la pequeña pieza de comida que estabas comiendo... el hambre se fue...
Coges el coche y te pones de camino al trabajo y cuando llegas te das cuenta que no sabes como has llegado hasta allí.

Pones la mejor sonrisa en tu cara y entras a hacer una de las mejores cosas que sabes hacer. 
Al salir del trabajo vuelves a casa pero el día soleado ya no está... caen gotas del cielo y eso hace que salga la melancolía, pensamientos, recuerdos... y piensas que solo te faltaba eso ahora...
"No hay nada perdido, nada seguro" piensas y al mismo tiempo te sientes culpable por pensar lo peor... Siempre es el tiempo el que nos habla. Impaciente paciencia...

Finalmente te pones a hacer una de las cosas que sabes que no es tu mayor fuerte pero que es la que más te relaja.... escribir.